La campaña en contra de la prostitución que ha puesto en marcha este año el Ayuntamiento de Sevilla (PP) me parece una de las mejores realizadas en esta materia de los últimos años. Es sencilla, reconocible por todos y sobre todo, tiene un slogan que va al meollo de la cuestión.
Las feministas se han partido el seso buscando mil maneras de definir lo que era la prostitución, lo que significaba y hablaban de dominación, de vejación y de mil y un términos que pueden resumirse en uno solo: Violencia.
Seguramente el éxito de esta campaña no habrá que buscarlo en el número de hombres que vayan a ir a los locales de alterne o a las calles más oscuras a buscar prostitutas. Seguramente no habrá una acción/reacción visible en las cifras. Aquí lo importante es la concienciación de toda la sociedad pero en especial de los hombres, de que somos los máximos culpables de que esto ocurra y de que somos los únicos capaces de conseguir que las mujeres dejen de ser humilladas de esta manera, con o sin su consentimiento (para el caso es lo mismo).
La receta es muy sencilla: Sin clientela no hay prostitución.
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