La desaparición de cualquier medio de comunicación debería apenar a un periodista. Pero si has tenido la oportunidad de trabajar para ese medio, lo normal es que te apene aún más. Es mi caso con Giralda TV, un canal de televisión que nació con la vocación de servir de vehículo de comunicación de los sevillanos y de promoción para los turistas que, a partir del domingo verá cómo su imagen se va a negro, quien sabe si definitivamente. Habrá quien se alegre. No sabe lo que hace.
Giralda TV nació para responder a una necesidad que existía (y existe) entre la población del área metropolitana de Sevilla, de contar con un canal de televisión propio cuyo eje fundamental sea la capital de Andalucía. No era una experiencia nueva, pues todas las capitales importantes del país, Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Málaga... contaban ya por entonces con una tele propia. Pero es que es algo que también se repite en todo el mundo, sobretodo en Europa y en América. Pero todo eso no fue visto así por los de siempre que se dedicaron a criticar el proyecto y a atacarlo por el simple hecho de ser una iniciativa de un gobierno, o con la demagogia del dinero gastado. la tele de Sevilla tenía un presupuesto al nacer de entre 3 y 6 millones mientras que la de Barcelona rondaba los 20 o la de Madrid los 18 y la de Málaga los 5. También la llamaron Teleliebre porque según decían no tenía papeles (luego se demostró que lo tenía todo en regla, pero eso ya daba igual). Incluso aquellos que tanto la criticaron luego han trabajado para el canal...
Eso no impidió que Giralda saliera al aire y que lograra, en muy poco tiempo, hacerse un hueco en los mandos de las casas, en especial, durante las retransmisiones de Semana Santa, y con programas de cierto impacto. En esa época pudimos trabajar con esa tele y hacer muchos formatos de servicio público que desde luego jamás podrían verse en otras cadenas.
La gestión de ese canal habrá tenido sus errores de bulto, pero una gestión mejorable no debiera ser la razón de poner en duda su necesidad. Sevilla necesita una televisión local, que funcione, que esté bien hecha y que no cueste lo que no podamos pagar. Pero nos hace falta.
La televisión es el medio de comunicación más seguido por la ciudadanía, le pese a quien le pese, Y ni los diarios, ni las radios, ni los tuiteros de culto alcanzan la dimensión que alcanza el medio televisivo. Hurtar al ciudadano de información sobre su área más cercana en el medio de comunicación más usado no parece lógico.
La televisión puede ser privada, pero si queremos que sea de calidad y que de verdad se dedique a informar a la ciudadanía y a ofertar programación de servicio público lo normal es que sea pública. De lo contrario los programadores dejan de pensar en los sevillanos y comienzan a pensar en los accionistas.
Los actuales responsables del ayuntamiento han dicho que el apagón de Giralda TV no es definitivo. Me gustaría pensar que van a apostar por ello. Ojalá sean capaces de encontrar el mecanismo adecuado para que tengamos la posibilidad de enterarnos de lo que pasa en Sevilla a través de la tele. Tenemos derecho a ello.
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