No me gusta el programa. No me gusta el formato, ni la necesidad que tiene la gente de ver como Risto destroza con mayor o menor agudeza a los concursantes que desfilan por el escenario. Pero dentro de todo, algo si que llamó mi atención. Un valenciano de 72 años haciendo una especie de spoken word confirmó lo que digo cada vez que me comentan lo "moderno" que es esta disciplina artística. Que eso lo lleva haciendo gente desde hace muchísimos años. Y hay veces, como ésta de Rafael Turina, que encima lo hacen bien.
Turina ha sido locutor de radio y domina los tempos de la palabra hablada, aunque seguramente no estaba acostumbrado a hacerlo en público y allí debió sentirse casi desnudo, sin la protección del estudio, con las luces a media potencia y la calidez que dan la pecera y el silencio más absoluto. Pero supo reponerse y sacar una pieza que funcionó en un programa de prime time y máxima audiencia. En medio de la estridencia: calma.
Turina demostró que, en dosis adeciadas, un spoken pudiera tener cabida en formato audiovisual, algo a lo que me he resistido a pensar muchas veces.
Turina ha sido locutor de radio y domina los tempos de la palabra hablada, aunque seguramente no estaba acostumbrado a hacerlo en público y allí debió sentirse casi desnudo, sin la protección del estudio, con las luces a media potencia y la calidez que dan la pecera y el silencio más absoluto. Pero supo reponerse y sacar una pieza que funcionó en un programa de prime time y máxima audiencia. En medio de la estridencia: calma.
Turina demostró que, en dosis adeciadas, un spoken pudiera tener cabida en formato audiovisual, algo a lo que me he resistido a pensar muchas veces.
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