Hay momentos que pertenecen a un sólo lugar. Concepciones temporables que son aplicables a un determinado territorio y que fuera del mismo carecen de todo el sentido. Estamos inmersos en esas fechas tan comunmente aceptadas por todos los sevillanos denominadas "entre Semana Santa y Feria". Un momento del año propicio para algunos asuntos y completamente inapropiado para otros. Para saber discernir entre ambos basta con ser sevillano o vivir a la sombra de la Magna Hispalensis.
"Entre Semana Santa y Feria" no se pueden acometer grandes proyectos, así que olvídese de ello. Tampoco se puede hacer un evento que pretenda atraer a un cierto público. La gente ha terminado un sarao y está esperando otro, así que sacarlos de casa en estas fechas será complicado. (Últimamente es más complicado aún dado el grado de tiesunez generalizado). Si viene algún genio de fuera de ciudad y le dice que estas fechas son muy buenas no le haga ni caso. Ni puta idea.
Este intervalo de tiempo se da sólo en la capital andaluza porque entre los dos acontecimientos más importantes del año distan muy poco tiempo uno de otro, a diferencia de otras capitales de España o de Andalucía. Es lo que lo hace único y lo que genera una manera de entender este mes de abril tan raro que tenemos.
Dependiendo del año, entre ambos acontecimientos hay una o dos semanas de intervalo, pero la interinidad de la actualidad es absoluta. La ciudad está "en funciones" y es momento de sentarse para ver asuntos nunca tratados, de verse con quien luego no habrá tiempo, de hacer contactos que hace mucho que no se hacen y a los que se aprovecha para invitar a tu caseta. Faenas de aliño laboral e intelectual al más puro estilo de esta entrada, carente de interés, facilona y que busca el aplauso y la sonrisa rápida.
Aspecto interesante es el reservado a la meteorología. Si en Semana Santa llueve "entre Semana Santa y Feria" hace un sol radiante para volver a llover en Feria y viceversa. Es pues un tiempo para lamentarse de los ciclos de la primavera y para sacar el julio Marvizón que todos llevamos dentro usando con absoluto desparpajo la manida: "lo que ha llovido en Semana Santa y el sol que hace ahora. Verás tu como en Feria vuelve a llover".
No debes pedir citas a principio de semana, es mejor pedirlas al final, cuando la Feria se acerca. Así al menos te aseguras que te puedan dar día y hora para la semana siguiente. Si la pides anmtes quedará muy lejos y si la pides después ya no lo pillas. (miércoles y jueves son los mejores días para llamar).
Lo que ningún foráneo logrará entender es que en Sevilla en Feria se trabaja mucho más que la semana antes. Es el momento del año en el que una frase de uno de mis dos mejores profesores de la Facultad adquiere especial sentido y razón de ser: "La cantidad de langostinos que hay que comerse en la calle para llevar las lentejas a casa". Pero eso será la semana que viene. de momento estamos "entre Semana Santa y Feria" y hoy me a las 7:30 tenían una reunión de trabajo...
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