Una de las cosas buenas que tiene eso de viajar tanto es que uno puede comprar lo que pasa en su Comunidad y tiene más criterio para poder criticarla... O alabarla. A esa reflexión añado otra. Cuando uno tiene niños llega el momento de hacer aquello que dijiste que harías... O de comerte tus palabras. Y de todo eso va este post. Hace muy pocos días que me han confirmado que mi lenguaraz vástago irá al colegio público que está al lado de casa. Era nuestra primera opción y ha sido la que el sistema educativo andaluz os ha dado.
La madre de Ulises y yo siempre habíamos expresado nuestro deseo de que el niño estudiara en un colegio público, algo que sorprendía a muchos amigos y familiares. Y sorprende más cuando salgo fuera de Andalucía y lo cuento. En Madrid, por ejemplo, es impensable que nadie opte motu proprio por eso sin tildarte de loco.
Elegimos esa opción por varios motivos:
- Somos firmes defensores de la escuela y la sanidad pública. Me parecería incoherente llevarlo a uno concertado, a menos que no hubiera uno en las cercanías o no hubiera sitio en el que le corresponde.
- No soy católico practicante y hasta que el niño no tenga capacidad de decidir sobre sus creencias religiosas no creo que yo se las tenga que imponer.
La verdad es que entrar en el colegio público de mi zona no ha sido difícil. Por renta, habríamos estado fuera ante cualquier exceso de niños. Además no tiene hermanos en el centro, ni somos familia numerosa, ni hay discapacitados... Osea que teníamos los puntos de la zona y ya está. ¿Por qué hemos entrado?
- En la zona hay dos o tres colegios privados y un par de concertados en los que la gente se mata por entrar.
- Con la crisis hay menos niños.
No estoy en contra de los colegios concertados (estudié en uno y lo pasé genial allí) y creo firmemente que son una buena opción cuando la Administración no llega. Simplemente no es mi primera opción.
No estoy en contra de los colegios católicos. Simplemente no son mi primera opción.
Estoy en contra de los colegios que segregan. Mi hijo no es su primera, ni su última opción (en aquello en los que sólo pueden entrar niñas).
En eso creo que he sido coherente.
Ahora las incoherencias:
- "Mi hijo no se va a pasar las horas delante de la tele": Ayer vio Toy Story dos veces seguidas y se sabe los capítulos de Bob Esponja de memoria.
- "¿Un DVD en el coche???? ¡¡¡¡eso nunca!!!! Con lo bonito que es que vayamos cantando y hablando...": ¿Alguien sabe donde venden uno barato que se pueda poner colgado en una Scenic? No es una pregunta es una llamada de auxilio.
- ¿?
-¿?
Con lo guapo que estaba yo callado...
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