No lo conozco personalmente y me temo que, aparte de su actuación del otro día, Cake Minuesa y yo tenemos muy pocas en común. No sé si quiera si él escribiría un post parecido a éste en caso de que hubiera sido yo el periodista que se levantó en la declaración ante la prensa de los ex presos de ETA. Pero es mi blog, y aquí Minuesa merece un apartado especial por PERIODISTA.
Que los que el otro día aparecían en una sonrojante foto de familia son asesinos no hace falta que lo diga yo, ya lo han dicho los jueces. Que ya han cumplido sus penas y tienen, por tanto, derecho a estar libres, tampoco lo digo yo, que ya lo ha dicho la más alta instancia europea contra la que no cabe recurso. Pero como ya viene siendo tónica de aquellos que quieren decir algo pero no quieren escuchar nada, la declaración de los ex presos en Durango era eso, una declaración y no una rueda de prensa, pues no admitían preguntas, algo fundamental para cualquier periodista.
Por eso, cuando Cake Minuesa se levanta y hace tres preguntas certeras, que cualquier periodista que se precie le gustaría hacer y lo echan diciendo que se vaya a un circo, lo que procedía era que todos sus compañeros se marcharan.
Sé que es muy fácil decir eso desde mi cómoda posición sevillana y que yo jamás (afortunadamente) he tenido que convivir con el miedo a que mis artículos generen odio y la posibilidad de que me pongan una bomba en mi coche. Minuesa tampoco y era su ventaja. Poder acudir a Durango, hacer sus preguntas incómodas y volverse a Madrid. Los compañeros de Euskadi no. Ellos tienen que convivir con el miedo y eso, quizás, les impide tomar posturas más corporativas, aunque no es excusa para una profesión que vive, en general, atocinada. Los periodistas que cubren la Moncloa toman notas tan ricamente sobre lo que escuchan en un plasma y aquí no pasa nada.
Minuesa hizo lo que nadie se atrevió y que va en el adn de un periodista: preguntar. Lo hizo educadamente, sin alterarse, esperando una respuesta que no llegó. Y eso que la pregunta era muy sencilla.
2 comentarios:
Hola Sergio. Quizá tenga razón en el miedo de los periodistas del País Vasco, pero se supone que el terrorismo ya ha pasado y el tiro en la espalda o la bomba debajo del coche ya no va a ocurrir más. Cake Vinuesa, acompañó el día 28 de Diciembre a la AVT en la peregrinación que se hizo a las victimas del terrorismo y ya allí se lió. Creo que todos los periodistas deberían haber apoyado a Cake, pues fue el único, que los tuvo bien puesto para hablar en nombre de todos los que hemos pasado por ahí, pero el miedo es libre.
Yo simplemente, si hubiera sido periodista autónomo, simplemente no hubiese ido para no darle importancia a estos asesinos, pero también entiendo que era la noticia del día, por desgracia.
A mi me da pena que sólo un tipo como Cake, con el que apenas coincido en algo, sea el que haya hecho las preguntas que la mayoría queríamos que se hiciera.
Un saludooo!!!
Publicar un comentario