Anda todo el mundo revuelto con el dichoso fin del mundo y a mi me pilla trabajando en un documental sobre el Rey, que en teoría cumple 75 años el próximo 5 de enero. Digo en teoría porque si se cumplen las profecías de algunos no llegaremos a esa fecha. El día ha amanecido más bien feote, tirando a, como lo llamaría un experto en meteorología (osea un agricultor) a "de perros". Pero no tiene pinta de desatarse el doluvio universal o una conjura de elemntos así que me temo que como mucho me tocará perderme a mi hijo cantando villancicos en la Plaza Nueva tal y como tenía previsto esta tarde, pero poco más. Mañana habrá mañana, y pasado.
Mis amigos y yo hemos llamado a nuestra comida de Navidad de mañana "La Comida del Fin del Mundo", aunque tan sólo se trate dee una excusa (bastante burda por cierto) para intentar llegar más tarde (si cabe) a casa y más borracho (en este caso no cabe). Vaya a ser que no haya mañana.
Me sé de una que un día bebió "como si no hubiera mañana" y hasta hoy casi no ha vuelto a probar ni gota, así que cuidado, porque insisto en que el sol tiene la mala costumbre de volver a salir. Más tarde o más temprano, con nubes o sin ellas, pero termina saliendo.
Habría que detenerse en la frase "mañana se acaba el mundo".
¿A qué se refiere?
¿Se acaba la vida humana?
¿Se acaba la vida animal? ¿La vegetal? ¿Toda la vida?
¿Explota la Tierra? (El Mundo es la Tierra, o eso ponía en mi atlas y en La Larousse)
¿Qué es "se acaba"?
¿Se acaba también Júpiter y Marte o es sólo la Tierra?
¿Algún ser superior que me ilustre? Ya sé que este blog no es gran cosa y que los seres superiores tienen mejores cosas que leer pero como ente impresionante quizás tenga la capacidad den acercarse a ilustrarme y así les ilustro yo.
Bueno, si llegamos al fin de semana y se nos pasa el susto (y a mi la resaca de mi comida) del fin del mundo, significará que estaremos en disposición de llegar a fin de año. Ya sé que eso comparado con lo otro es bastante más cutre y salchichero, pero joder, estamos en crisis (y eso explica cualquier cutrez en estos días). Y del fin de año si que me voy a alegrar porque el 2012 ha sido "pa regalarlo". Sonarán las primeras campanadas y me pelearé con mi hermana mientras lloramos porque son los cuartos. Y alguién dirá que va a comenzar a comerse las uvas ya, y espero por Dios que a nadie se le ocurra decirme que no porque eso ya está vetado. Y cuando me termine las 12 uvas miraré el viejo almanaque del 2012 y lo tiraré a mis espaldas y gritaré "oajlá hubieses reventado tu, hijo de la gran puta. Anda vete y no vuelvas más". Y entonces abriré un almanaque nuevo, lleno de esperanza al que le diré en voz bajita: Bienvenido a casa. Te estamos esperando desde hace tiempo.
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