martes, 29 de octubre de 2019

Las fotos anticuadas del CIS

Las encuestas electorales predicen el pasado. Nos dan una foto imposible de contrastar en el momento y que puede no asemejarse en nada a los resultados finales. Cabrearse,;o decir que no sirven para nada; o que están hechas mal; o que todas fallan, es tan infantil como inexacto. Las encuestas responden a un momento y las elecciones, son otro.
Es lo mismo que hacerte una foto un día y pretender que tres semanas después estemos igual. Pues no. Quizás nos hayamos cortado el pelo; o nos haya crecido; o simplemente estemos de mejor o peor humor; o hayamos cogido unos kilitos. Somos los mismos, pero ya no somos iguales.
Pues en las encuestas pasa lo mismo. Hoy pensamos una cosa y es lo que sale en la foto, pero quizás en dos semanas pensamos otra y la imagen final no es la que teníamos antes. No es que la encuesta haya fallado, es que hemos cambiado de opinión.
Es cierto que hay variaciones muy grandes de unas a otras; que hay estimaciones que "huelen" a interés editorial de quien la publica, pero en general suelen ser fiel reflejo del momento en el que se realiza. Conozco a empresas y gente que las hace y en general suelen ser personas y compañías muy serias y metódicas en sus trabajos.
Hoy he leído muchas quejas por la encuesta del CIS y los resultados que arroja. No sé si serán iguales a los del 10N, yo creo que no. Esa foto se ha quedado antigua porque está hecha antes de conocerse la sentencia del "procés" y de la exhumación de Franco. Y se trata de dos acontecimientos demasiado grandes como para que el voto de la gente no cambie. ¿Eso invalida la muestra? En mi opinión, no. Hay quien dice que habría que haberse esperado a que se produjeran estos dos hechos para realizar el trabajo de campo, pero todos los técnicos m
e dicen que no habría dado tiempo a tenerla lista. (son más de 17.000 entrevistas).
Si el 10N los resultados en las elecciones generales son diferentes a los que ofrece el CIS, o alguno de los periódicos estos días, no será, SOLO, por la intencionalidad política de quien las publica, será porque la foto se habrá quedado anticuada, en una época, además, en la que a los españoles nos encanta cambiar de peinado y de ropa casi cada día. Y es que no sabemos qué ponernos.

martes, 24 de julio de 2018

Historia de una foto

Hace unos día colgué en Instagram y en Facebook una foto con un mensaje enigmático que ha provocado numerosas preguntas acerca del mismo. Era éste: "De camino a una cena que llevo esperando 30 años. Literalmente"

La imagen puede contener: exterior

Alguien me ha preguntado si al fin había ingresado en alguna logia masónica, o si se trataba de un ritual de iniciación que había durado todo ese tiempo... Todo es mucho más entrañable.
Hace 30 años, literalmente, los sevillanos también paseaban por el Callejón del Agua. En esos años (late 80´s) el barrio de Santa Cruz no era coto de turistas y los locales salían por allí. Una zona de marcha, vaya. Así que por esa calle pasábamos mis amigos y yo muchas veces. Éramos tres colgados del aro que estábamos juntos todo el tiempo del mundo.
En esa calle había un restaurante con un patio precioso que se podía ver desde fuera y al que nos asomábamos alucinados cada vez que pasábamos por allí. Para nosotros, adolescentes sin un duro, aquel restaurante nos parecía la cúspide romántica y culinaria. Cenar en aquel establecimiento era un anhelo, un síntoma de hacernos personas hechas y derechas (o izquierdas).
Pero claro, eso no era fácil. Los precios que aparecían en la carta colgada en la puerta lo hacían imposible de todas todas... Por aquel entonces.
Y una noche ocurrió.
No. No cenamos allí.
Volvamos a mis amigos.
Juan, uno de ellos, iba de sensiblón más que yo, que ya es decir. Si a mi me llaman "papilla" a él le habrían llamado "Blevit", porque tenía momentos de sensiblería adolescente que ya nos vale... 
A Juan le dio un día por decir que él nunca se casaría. ¿Quién iba a querer casarse con él?
Y nosotros: ¡Venga ya Juan, si tu vas a ser el primero en caer!
No sé si era una treta de Juan. Porque el muy grandullón nunca apuesta si no es sobre seguro. Pero tras mucho insistir, Juan dijo:
"Me apuesto un cena en El Corral del Agua a que alguno de vosotros dos os casáis antes que yo".
Y así nació la apuesta.
Cogimos seis papelitos y los firmamos. "Yo Sergio Crespo Gil, con DNI... me comprometo a pagar una cena en El Corral del Agua a Juan...  si soy el primero de los tres en contraer matrimonio" decía. Y los guardamos.
Vaya si los guardamos.
Si has llegado leyendo hasta aquí ya te imaginas el resultado...
Si. Juan se casó primero.
Y Alberto y yo teníamos el papelito de Juan.
Guardado durante 30 años.
Así que Juan nos las debía. Pero no pagaba... Hasta el otro día, que saldó al fin su deuda.
Es un milagro que el Corral del Agua siga abierto. Y no lo digo por su comida. Es que son demasiados años en medio. Pero si. Allí sigue. Y su patio también.
Fuimos, comimos y casi pedimos el vino más caro.
Y Juan pagó.
Nos lo debía. Nos lo debíamos.
Ahora todos somos más felices.

Un post: Haz lo que tengas que hacer con las personas que quieres. No esperes 30 años. La vida no te suele dar tanto tiempo para hacerlas.

lunes, 13 de noviembre de 2017

Crisis reputacional en las empresas catalanas


Durante casi dos meses, nos hemos ido levantando cada mañana sin saber lo que nos iba a deparar la jornada en torno a Cataluña. Ha sido un tiempo el que todas las previsiones se rompían en horas y nadie podía prever cuál sería el siguiente movimiento que harían alguno de sus protagonistas. Todavía quedan sorpresas, y las elecciones del 21D no despejarán todas las dudas que se ciernen sobre la tierra que me vio nacer. Pero lo que si que parece claro es que las empresas catalanas, ya sea las que se han marchado o las que se quedan, se enfrentan ante una crisis reputacional de dimensiones colosales en el resto del Estado. Una crisis que van a tardar mucho en solventar.
Soy nacido en Barcelona (barrio de Sant Andreu) y sé de lo que hablo. Desde siempre, en Cataluña se tiene la impresión de que en el resto de España se les odia, se les tiene manía y se les considera de una u otra manera. Quizás sea cierto, pero no más que a los andaluces en Navarra; a los madrileños en Cataluña; a los asturianos en Cantabria... Todos los territorios de España están sujetos a estereotipos absurdos. En general, lo que me he encontrado cuando he dicho que había nacido en Barcelona era admiración por un pueblo ordenado, orgulloso, pujante... y alguna coña con que somos tacaños. Pero no menos coñas que cuando saben que llevo toda la vida en Sevilla y me hablan de la siesta y de estar todo el día de fiesta.
Ese victimismo sobre la catalanofobia era una suposición de los que no salen de su madriguera, pero ahora, el "procés" ha levantado una animadversión que va a ser difícil de contrarrestar. Muchos dicen que España ha perdido a Cataluña, pero nadie habla de que quizás, Cataluña, haya perdido a España. ¿Y qué significa eso?
Pues aparte de las connotaciones sentimentales, este post va a hablar de las derivadas empresariales. Hasta ahora, a las empresas catalanas se las veía con amor en el resto de España. Y lo digo por experiencia. Un mismo proyecto presentado en Madrid por una empresa catalana y por una andaluza iba para la empresa catalana aunque ésta fuera más cara. eso, me temo, está cambiando.
Las empresas catalanas van a tener que mojarse para vender en España, van a tener que gritar alto que no son partidarias del "procés" para que se las tenga en cuenta. No estoy de acuerdo con eso sea así, sólo trato de explicarlo. Bien harían todas esas empresas en contratar a expertos en comunicación reputacional para minimizar esos problemas a los que se enfrentan. 
La clave para atajar ese problema debe ser: Calidad del producto, cercanía al consumidor y alejamiento del "procés" que tan poco gusta en el resto de España. Mucha RRSS, mucha pedagogía diaria, guiños a lo que nos une y un poco de humor al estilo de 8 Apellidos vascos que tanto bien ha hecho.
Para informes más detallados: Razón, aquí. ;)
imagen: bolsamania

lunes, 26 de junio de 2017

Y si Damm se equivoca?

Hubo una época, cuando este blog estaba actualizado al día, en que analizaba cada año el anuncio de Cerveza Damm al que llegué a comparar con el anuncio de Freixenet y sus burbujas de Navidad.  rebuscando he encontrado hasta 5 entradas hablando de los diferentes anuncios que han ido haciendo a lo largo de los años: 1, 2, 3, 4, 5 Conseguir eso no era tarea fácil porque al igual que al final del año, el estío es una época marcada en negritas para algunas empresas: helados, vacaciones, refrescos, juguetes... Todos quieren hacer "el agosto" en agosto.
Y Damm había dado con una fórmula que funcionaba: Una música estupenda, una historia con pellizco y un escenario espectacular en cuyo fondo, casi sin verse, estaba su cerveza.
Pero se han venido arriba.
De un tiempo a esta parte pasaron del tema musical al corto con todos los medios posibles. Actores o actrices de renombre y director de primera fila. Los resultados son historias muy bien contadas, películas magistralmente hechas desde la interpretación y la técnica. Pero...
Pues sí. Hay un pero.
¿Y si la historia no me gusta?
A una peli, aunque sea corta, le pedimos más que a un anuncio. Y puede pasar, como es mi caso en la de 2017, que la historia no me guste. (es más, no me hace ni puñetera gracia). El resto deja de importar: los actores, de renombre, la técnica, el director y la música (¿tenía buena música la peli?).
En 2017 me pasa todo eso. y es una pena por todo lo demás.
Lo bueno que tenían los anuncios de Damm es que te anunciaban que había llegado el verano, el momento de ir a la playa y de pasarlo bien y en la historia de 2017 como mucho te dan ganas de irte a Amsterdam a llorar las penas, además está nublado y no hace 40º, ciudad en la que dudo que se puedan encontrar cervezas Damm en el supermercado de la esquina.
Un consejo a los señores de Damm: Vuelvan a la fórmula anterior: Buena música, Mediterráneo a punta pala (En España, además de Baleraes, la costa mediterránea va de Roses a Algeciras así que hay zonas para anuncios para los próximos 100 años: Propongo Bagur, Denia, Cabo de Gata, Mazarrón...) y una historia menos complicada de asimilar, que para malos tragos ya tenemos nuestra vidas y no nos hace falta "La Vida Nuestra".
Siento el zasca.


martes, 29 de noviembre de 2016

Otro día en la Universidad

Reconozco que cada vez que me pongo delante de los alumnos de la facultad de Comunicación de Sevilla me siguen poniendo un poco nervioso. Y eso que ya he ido a contarles cosas un buen número de veces. A ellos y a otros. Voy donde me invitan. Pero de todos los lugares, la facultad, mi facultad, es siempre el más difícil. Será porque estudié allí y quiero dar la mejor impresión. El caso es que esta tarde hablo sobre lo que hace Planeta Local en materia de priostazgo y espero estar altura.
Las jornadas que cada año prepara la Facultad sobre estas fechas se han convertido ya en todo un clásico. Auspiciadas por el profesor Gómez y Méndez y continuadas por sus alumnas más aventajadas, cada año reúnen a un buen número de profesionales para hablar en torno a un tema que suele ser de extremada localización sevillana y andaluza. Asuntos muy específicos que casi sólo se dan en nuestra tierra. Que por otro lado está bien que se traten en la Universidad de Sevilla y no en otras. ¿Quien iba a dedicar unas jornadas a hablar sobre velás?
Desde el punto de vista personal, me sirve para reflexionar sobre lo que hacemos desde nuestros medios y en muchas ocasiones, poner nombre y apellido a cosas que, aunque se hagan, no las tienen. de esta manera las jornadas nos ayudan a escribir lo que hacemos, de ser quizás, un poco más conscientes.
Es a las 17:00.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Detectar a tiempo. Un lazo rosa contra el cáncer de mama

Como casi cada 19 de octubre, unas líneas para visibilizar la lucha contra el cáncer de mama. No es un estigma, no es algo por lo que ninguna mujer deba sentir vergüenza; no es algo por lo que nadie deba morir... si se detecta a tiempo.
Otros años me he centrado en la prevención o en la fuerza que les rodea a las mujeres que cada año sufren esta enfermedad, intentando aportarles cariño, esperanza y ayuda. Hoy es necesario centrarse en los profesionales que atienden a las mujeres y en la Administración, que debe proveer de medios para que eso ocurra.
Creo en la Sanidad Pública como el que más. Mi madre sufrió un cáncer de mama del que salió estupendamente y otro de estómago que se la llevó por delante a pesar de su alucinante lucha y en ambos casos fue tratada en hospitales públicos que hicieron lo que pudieron por ella poniendo a su servicio todos los medios posibles para curarla y hacerle la vida mejor. Sólo un pero: La detección.
El primer paso para curar un cáncer es NO tenerlo. Y para eso una vida saludable, comiendo bien, haciendo ejercicio y alejarse del estrés son mecanismos fundamentales para no desarrollar la enfermedad. Pero a veces, ni siquiera eso consigue que una mujer no padezca un cáncer.
Así que el segundo paso para curar un cáncer es DETECTARLO a tiempo. Y ahí es donde creo que debemos incidir más. Las pruebas para ver si una mujer (o un hombre) padecen cáncer deben hacerse mucho antes, casi por defecto. Y más si se trata de mujeres que antes hayan padecido la enfermedad. Una mujer que ha tenido cáncer anteriormente y va al médico con la cara hinchada debe ser auscultada para ver si es un nuevo brote, además de analizar otras posibilidades.
Sé que es caro, sé que puede crear psicosis, pero más caro es el tratamiento de la enfermedad una vez ha comenzado a extenderse, Y el número de vidas que se salvaría sería mucho mayor.
Mejorar ese aspecto es clave en los próximos años, porque si se detecta a tiempo, el cáncer es curable en un altísimo porcentaje. Y el de mama todavía más. Chicas, tocaos vosotras mismas y dad el coñazo al médico de cabecera. Sin miedo. Vamos a por ello entre tod@s.

viernes, 14 de octubre de 2016

Un Nobel merecido



Decir que Bob Dylan no merece el Nobel de Literatura es simplemente no conocer la obra de este estadounidense cuya intensa vida nadie está obligado a saber. Pero opinar sin tener ni idea es, cuanto menos, pretencioso. Las letras de Dylan son poesía salvaje y desgarradora. Son la imagen de una época, de un país, que gracias a esos textos y a muchos otros como los discursos de Malcom X o de Martin Luther King, pudo cambiar e iniciar la senda de una igualdad todavía no lograda.
Pero es que Dylan no sólo ha compuesto canciones que luego canta con mayor o menor brillantez, es que también ha escrito muchas otras cosas cuyo valor literario no debería ser desdeñado por aquellos que los desconocen.
Lo lógico, por tanto, habría sido leerse algo de Dylan y luego opinar. Y cómo la obra de este tipo apenas si está traducida porque sus letras son cantadas y no recitadas, haré el favor de traducir una, la que más me gusta. La traducción, como es normal, no es la de un experto y por tanto va a perder musicalidad, rima y ritmo, pero no potencia expresiva.


Like a Rolling Stone- Como un canto rodado (o una piedra que rueda)

Hubo una vez un tiempo, en que te vestías tan elegante,
tirabas monedas de 10 céntimos a los vagabundos 
en tu juventud, ¿verdad?
La gente te llamaba, diciendo: 
"ten cuidado muñeca, te vas a caer"
Pensaste que todos estaban bromeando,
solías reirte de todo el mundo
que pasaba el rato.
Ahora, no hablas tan alto,
ahora, no pareces tan orgullosa
de tener que estar gorroneando tu próxima comida
¿Cómo sienta?
Cómo sienta estar sin un hogar,
como una completa desconocida,
como una piedra que rueda (cuesta abajo). (Como un canto rodado)
Has ido a la mejor escuela, está bien, Srta. Solitaria,
pero sabes que solo solías emborracharte,
y nadie te ha enseñado nunca cómo vivir en la calle.
Y ahora, te das cuenta
que vas a tener que acostumbrarte a ello.
Dijiste que nunca llegarías a un acuerdo 
con el misterioso vagabundo, pero ahora te das cuenta
de que no está vendiendo coartadas,
mientras miras fijamente dentro del vacío de sus ojos,
y le preguntas, ¿quieres hacer un trato?
¿Cómo sienta?
Cómo sienta estar por tu cuenta,
sin un rumbo a casa,
como una completa desconocida,
como una piedra que rueda. (Como un canto rodado)
Nunca te diste la vuelta para ver los ceños fruncidos
de los malabaristas y los payasos,
cuando todos se rebajaban y hacían trucos para ti.
Nunca entendiste que no está bien,
no deberías dejarte en manos de otra gente 
para divertirte
Solías montar en el caballo cromado
con tu diplomático,
que llevaba sobre sus hombros, un gato siamés.
¿No es duro cuando descubres que
él no estaba al nivel,
después de que te quitara todo lo que pudo robar?
¿Cómo sienta?
Cómo sienta estar por tu cuenta,
sin un rumbo a casa,
como una completa desconocida,
como una piedra que rueda. (Como un canto rodado)
La princesa en la torre, y toda la gente guapa,
beben, pensando que ya lo tienen hecho,
intercambiando toda clase de regalos y cosas preciosas,
pero mejor que levantes tu anillo de diamantes,
nena, mejor que lo empeñes.
Solías estar tan entretenida
con el Napoleón en harapos y el lenguaje que solía utilizar.
Vete con él ahora, te llama, no puedes negarte,
cuando no tienes nada, no tienes nada que perder,
ahora, eres invisible,
no tienes secretos que esconder.
¿Cómo sienta?
Cómo sienta estar por tu cuenta,
sin un rumbo a casa,
como una completa desconocida,
como una piedra que rueda. (Como un canto rodado).

jueves, 4 de agosto de 2016


Las dos imágenes de Jeelani

Ha muerto Abdul Jeelani. Un mito del baloncesto de los 80. El tipo que subió al Caja San Fernando a la ACB, categoría de la que ya no se ha bajado a pesar de todo lo que llevamos pasado...
En estos días en los que tanta incertidumbre planea sobre el club de nuestra ciudad, es bueno recordar de donde venimos y quienes nos ayudaron a llegar hasta aquí, cuando el baloncesto no interesaba a casi nadie.
Escribí este artículo para la revista Timeout Magazine de Rafael Pulido y Nacho Castells hace más de un año. Hoy, desgraciadamente, toma cierta actualidad. Jeelani intentó revivir, ganó mil batallas, pero al final, ha perdido la guerra. Espero que la lucha al menos, le haya merecido la pena.


"En esos años ver entrenar al primer equipo para las categorías inferiores del Caja San Fernando no era muy difícil. Entre otras cosas porque se pasaban la vida mendigando un pabellón por la ciudad y se iba de San Pablo a Amate o a la Casa Cuna dependiendo de la semana. Y lo mismo le pasaba a los que estaban llamados a subir al equipo a la ACB en la temporada 88/89.
El equipo cadete, el juvenil y el junior habían terminado de entrenar y, ya duchados, era el momento de ver a Zárate, Llano y demás, cómo preparaban un partido importante que debía disputarse el siguiente fin de semana. Todos calentaban a conciencia menos el americano del equipo. Si, “el americano” porque en ese momento en la segunda categoría del baloncesto español sólo se permitía uno. Abdul Jeelani pasaba de correr alrededor del campo, de estirar y demás ejercicios que demandaba el cuerpo técnico ante las risas de sus compañeros y el enfado de un José Alberto Pesquera que por aquel entonces ya tenía malas pulgas aunque no eran tan conocidas en el gremio.
Pesquera se acerca a Jeelani y le recrimina su actitud. Jeelani lo mira. Se ríe, y tira a canasta de espaldas, pasando olímpicamente de la bronca del coach. Pesquera se enfada más y Abdul, que ve que la cosa se está poniendo calentita se acerca al entrenador y le dice: “Entrenador, no te enfades conmigo hombre. Que este fin de semana te ganaré el partido y al final de temporada te subo al equipo”. Todo ello acompañado de un par de cachetes en la cara de un entrenador que ya mira embelesado a su estrella. Jeelani cumplió ambas promesas: Ese fin de semana metió 45 puntos y al final de la campaña el Caja San Fernando ascendía a la ACB gracias a la aportación genial del díscolo ala pívot. Para eso le habían fichado. El año anterior había subido él solito al Askatuak y en el mundo del baloncesto español se había ganado la fama de ser un especialista en ese tipo de encomiendas.
Pero Jeelani no sólo me sorprendió en las pistas de baloncesto. Una noche de jueves mi amigo Ángel S. Leone y yo nos habíamos escapado de casa (edad U-18) y mi vespino rugía por las calles de Sevilla hasta llegar a la discoteca Rio (hoy Sala Boss). Allí, rodeados de gente que podía salir un jueves, de pronto, vemos a Jeelani aparecer. Va sólo. Viste pantalón blanco y camisa floreada. Para no verlo. Tras su entrada triunfal en la discoteca y observar cómo está el ambiente se dirige a la barra y pide algo. Le da un sorbo mientras se acerca a la pista de baile. Antes de entrar a la misma da otro sorbo a la copa y se peina sus rizos en forma de triángulo egipcio y entonces se lanza a mover sus 204 centímetros con asombroso ritmo mientras se enciende un cigarrito.    
 Se trata de dos momentos contraproducentes que me sirven de metáfora para contar cómo era y qué fue de Jeelani al acabar aquella temporada. Sevilla se quedó con un equipo en la ACB y el jugador se retiró volviendo a EE.UU. Una vez allí las cosas no le fueron demasiado bien. La enfermedad de su madre primero y la suya propia hicieron que acabara arruinado. Comenzó a beber, primero cerveza, luego lo que fuera. Se divorció y las cosas se fueron complicando más y más.
Así, con un cáncer de páncreas terminó teniendo incluso que dar su casa al seguro médico. Es curioso que en EE.UU para salvarte la vida tengan que deshauciarte. Así que cuando en Sevilla nadie hablaba ya del genio que había conseguido subir al equipo de baloncesto a la élite, Jeelani acababa en un hogar para los sin techo, enfermo y abandonado por su familia a excepción de sus hijos que intentaban ayudarle en lo que podían aunque el exjugador al principio no se dejaba. Tán sólo en algunas ocasiones iba a dormir a sus casas.
Un día la casualidad obró un pequeño gran milagro. Un italiano de Livorno donde Jeelani había jugado, aficionado al baloncesto, lo reconoció y al verle en esas circunstancias hizo un llamamiento al resto de aficionados transalpinos para ayudar al ex jugador que, antes de jugar en España, lo había hecho en Italia. Al poco tiempo el presidente de la Lazio de baloncesto llamó a Jeelani y le propuso trabajar en Roma en el proyecto Colors. Una operación que une a niños con problemas de 27 países con el objetivo de ayudarle a través de la práctica del baloncesto.
Al principio Abdul Jeelani pensó que era una broma pero luego no dudó en volver a Roma e iniciar el segundo tiempo del partido de su vida. Eso fue en 2011 y desde entonces el ex jugador está allí.
Volver a Roma ha sido para Jeelani “volver al paraíso”. Fue allí donde mejor baloncesto hizo, ése que le llevó a los recién creados Dallas Mavericks después de una temporada magistral en Italia. Con los Mavs no sólo fue parte del primer quinteto de la franquicia sino que fue el primer anotador de la misma. En Roma, una ciudad santa de los cristianos, fue donde Gary Cole, que así se llamaba Abdul Jeelani antes, abrazó la fe musulmana, así que volver allí ha sido como renacer una tercera vez.

No olvida sus orígenes y las dificultades que ha tenido que afrontar. Viene de la calle por lo que esos niños maltratados por la vida lo reconocen como uno de ellos. Les enseña que para poder ganar es necesario aprender a perder. Sus rizos a lo afro han dejado paso a un rapado absoluto pero mantiene esa risa picarona, la misma que le puso a Pesquera aquel día en el pabellón del parque Amate. Ya no llegan a San Pablo tipos con esa personalidad y con la calidad suficiente como para subir a un equipo a la ACB."

miércoles, 8 de junio de 2016

Antonio Mejías, el profe, el entrenador de todos

Cuando un mira atrás en una carrera deportiva, por muy patética que sea ésta (es mi caso), encuentra referentes importantes en muchos sitios: Entrenadores, compañeros de equipo, ídolos de la tele... Hay veces que esos referentes están alejados del deporte (un padre, un hermano, un tío...) y otros, no tienen mucho que ver con la disciplina que uno practica. Antonio Mejías, "El Meji", es uno de ellos.

Antonio Mejías fue mi profe de educación física en el Colegio Aljarafe cuando comencé a jugar a baloncesto. Su especialidad era el rugby, pero él nunca me intentó convencer de que me cambiara de deporte. Quizás fuera porque su hija Pili también jugaba al basket en Santa Ana, aunque yo todavía no la conociera, un tiempo antes de ser muy buenos amigos. El Meji se dedicó a mimarme en clase de educación física, a enseñarme a disfrutar del deporte, a entender que sólo el trabajo, la disciplina y el respeto por el rival me harían mejor, fuera cual fuera el deporte que practicara.

Otros de mi clase si que comenzaron a jugar al rugby con Antonio. Teo Olivares, Marcos López y el malogrado David Balbontín eran tres de ellos.Los dos primeros llegaron lejos y el tercero me regaló su camiseta con el 4 a la espalda porque era mi número favorito. Aún la tengo.

El Meji me veía llegar a Chapina a entrenar con el Amigos- Bellavista- Kelia, cuando el baloncesto no le importaba un rábano a nadie en esta ciudad. Él era el encargado de las instalaciones (también), así que sabía que me estaba esforzando y me animaba. "no lo dejes, Sergio, no lo dejes. verás como te diviertes" me decía al verme marchar, cansado, después de un día de colegio y de entrenamientos.

Cuando dejé el colegio le perdí la pista. Chapina fue demolida para que pasara el río; el Kelia se convirtió en el Caja y dejé de verle. Pero la vida da muchas vueltas, y no pasó mucho tiempo cuando conocí a su hija Pili, que jugaba en el equipo del colegio Santa Ana. Nos hicimos amigos, de los de verdad, y en ella siempre vi el alma de su padre y el de toda su familia.

A través de ella he ido sabiendo a lo largo de estos años cómo estaba su padre, como su luz se iba apagando, como su maravillosa cojera nos dejaba poco a poco.

Nunca sabemos quien nos marca en la vida hasta que no ha pasado el tiempo. Puede ser un profe simpático, uno más duro, uno que te mira con atención u otro que despierta en ti las ganas de saber más sobre algo. Yo no lo vi venir, pero El Meji me enseñó unas cuantas cosas que me han servido en mi vida deportiva y en la personal. Y al hablar con muchos otros coinciden conmigo en ese sentimiento de gratitud hacia Antonio. Nos marcó a muchos.

Por eso este sábado estaré en La Cartuja en el homenaje que le dan a mi querido Antonio Mejías, ya le dieron uno en el Colegio Aljarafe la semana pasada. La cita es a las 19:00 hrs. Con la fresquita. Así reviente de calor, no me lo pierdo.

Por mi profe, por el entrenador de todos.